Cangas del Narcea
Marzo de 2019

España

Cangas del Narcea, Asturias

Se podría considerar a Cangas como la capital del suroeste de Asturias; una capital algo desconocida, eso sí, ya que esta región bañada por las aguas del río Narcea no suele recibir tanto turismo como otras zonas del Principado. Sin embargo, esta tranquila villa palaciega no solo esconde muchos tesoros entre sus calles sino que es además una base de operaciones excelente para visitar otros lugares imprescindibles como la reserva de Muniellos o el monasterio de Corias. Nosotros visitamos Cangas en un día de marzo algo húmedo y lluvioso, lo que no nos impidió disfrutar de su encanto.

Monasterio de Corias

Reserva de Muniellos

Puente colgante y basílica de Sta. María Magdalena

Llegamos a Cangas desde el sur y aparcamos bajo el puente colgante, una curiosa obra de ingeniería inaugurada en 1972 y uno de los emblemas de la localidad. Desde allí se podía ver la basílica de Santa María Magdalena, con sus características torres con tejado de pizarra. Se trata de la iglesia más importante de Cangas, y se encuentra en la Plaza Mayor; en su interior lo más destacable son los retablos y las dos tumbas de alabastro del s. XVII pertenecientes a la familia Queipo de Llano, una de las más importantes en la historia de la ciudad.

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

Basílica de Sta. María Magdalena

La Plaza Mayor es también uno de los puntos de partida del puente colgante, y desde el cercano mirador se podía ver el barrio de Entrambasauguas, la parte más antigua de la ciudad situada en la confluencia de los ríos Naviego y Narcea. También en la Plaza Mayor se encuentra el palacio del s. XVI perteneciente a los Omaña, otra de las históricas familias de la ciudad; en la actualidad acoge la oficina de turismo (como podéis ver en las fotos, en su fachada hay varios escudos de armas, una constante en los casas señoriales de Cangas). Entramos para pedir un mapa y algo de información, y seguimos nuestro camino hacia las calles del centro histórico.

Puente colgante

Puente colgante

Barrio de Entrambasauguas

Palacio de Omaña (oficina de turismo)

Palacio de Omaña (oficina de turismo)

Continuamos nuestro recorrido por la Calle la Fuente, en donde se encuentran los palacios de Pambley y de los Llano. El primero es el más antiguo de la ciudad, de principios del s. XVI, y tenía la fachada muy deteriorada; en el patio interior se supone que hay columnas romanas, pero no se podía acceder o ver desde la calle. En el segundo nos llamaron la atención los balcones dispuestos a modo de púlpito; dicen de su salón interior que es el más espectacular de la villa pero, al igual que pasa con el anterior y con todos los demás, no es visitable. Al pasar los palacios llegamos a la fuente que da nombre a la calle, y seguimos cuesta abajo hasta la parte más antigua de la ciudad.

Productos típicos

Palacio de Pambley

Palacio de Pambley

Palacio de los Llano

Palacio de los Llano

La fuente

Edificio en Calle La Fuente

Edificio en Calle La Fuente

Llegamos al puente romano que, como en la mayoría de los casos en los que se usa esta nomenclatura, no es romano sino medieval (s. XIII o XIV, dependiendo de la fuente) y que permite atravesar la confluencia de los ríos Naviego y Narcea para así acceder al barrio de Entrambasauguas. Tal y como nos contaron en la oficina de turismo, esta es la parte primitiva de Cangas, y su silueta se reconoce sobre todo por la característica espadaña de la capilla del Carmen, construida en la primera mitad del s. XVIII. A ambos lados de la capilla se encuentran el palacio de Uría y la casa de Llano-Flórez, esta última en un estado deplorable.

Puente «romano»

Río Narcea

Capilla del Carmen y palacio de Uría

Palacio de Uría (detalle)

Capilla del Carmen

Carteles

Río naviego y puente romano

Placa conmemorativa

Casa en Entrambasauguas

Casa de Llano-Flórez

Río Narcea, puente colgante y basílica de Sta. María Magdalena

Casa de Llano-Flórez

En la otra orilla del río Naviego se puede ver una gran extensión verde conocida como Prao el Molín. Aquí tiene lugar cada 16 de julio la llamada Descarga, una exhibición pirotécnica sin igual en donde cada una de las llamadas 39 Peñas de la Pólvora lanzan un total de 80.000 cohetes a lo largo de 6 minutos (¿más de 220 explosiones por segundo?, me parece una barbaridad, pero es lo que pone en la web). Todos los años, la imagen de la Virgen del Carmen es llevada en procesión ese día desde la basílica de Sta. María Magdalena hasta su capilla en el barrio de Entrambasauguas, y es en el momento de cruzar el puente romano cuando tiene lugar el tradicional estruendo. Nosotros no estuvimos allí ese día, pero el resto del año queda como testigo de tan singular evento el monumento al Tirador, sito precisamente en el prado antes mencionado.

Prao el Molín

Prao el Molín

Monumento al Tirador y capilla del Carmen

¿Piscina para el verano?

La mayor casa señorial de la villa, el llamado Palacio de Toreno, fue construido en el s. XVII y funciona en la actualidad como ayuntamiento del concejo de Cangas del Narcea. En días laborables se puede visitar sin problemas, pero nosotros fuimos en domingo y estaba cerrado a cal y canto. Detrás del ayuntamiento pudimos ver el monumento al minero, en homenaje a la industria más importante de la zona, y el llamado Chalé de Soliso, construido por indianos (es decir, por emigrantes españoles que volvieron ricos de América).

Palacio de Toreno (Ayuntamiento de Cangas del Narcea)

Palacio de Toreno (detalle)

Palacio de Toreno (detalle)

Vistas desde el ayuntamiento

Monumento al minero y chalé de Soliso

Monumento al minero

Durante un buen rato vagamos sin rumbo por las calles circundantes al centro histórico en busca de un lugar en el que almorzar. En aquel paseo vimos los juzgados y el teatro Toreno, ambos señalados también en el mapa de interés turístico que nos dieron nada más llegar. Al final, tuvimos suerte con la elección y comimos estupendamente cerca de la Calle Mayor, en donde probamos uno de los platos más generosos de la gastronomía asturiana: el cachopo. Este plato consiste en dos filetes enormes con jamón serrano y queso, todo ello frito y empanado y con una guarnición de patatas y pimientos.

Parque de la Reguelara

Calle Uría

Juzgados de Cangas

Casa en Calle la Esperanza

Teatro Toreno

Teatro Toreno

Plaza Rafael Rodríguez

Después de la comida, dimos un último paseo por la Calle Mayor, en donde se encontraba la única casona que nos quedaba por ver: el palacio de Peñalba. Frente a ésta se encuentra la capilla del Santo Cristo del Hospital, llamada así porque en su día albergaba un hospital de peregrinos. Según el implacable diccionario de Madoz, esta capilla «nada de particular ofrece», y como para variar estaba cerrada no tuvimos ocasión de comprobarlo. Para volver al coche, decidimos cruzar el puente colgante y… ¡sorpresa! De repente empezó a temblar, y no hacía sino empeorar a medida que más personas empezaban a cruzarlo. Un final muy ¿divertido? para una visita singular, cultural y gastronómicamente hablando.


Capilla del Santo Cristo del Hospital
Capilla del Santo Cristo del Hospital (detalle)

Palacio de Peñalba

Palacio de Peñalba (detalle)

Bandera de Asturias

Plaza

Puente colgante

Puente colgante

Referencias / Información adicional

One Comment

  1. Preciosa entrada, me ha gustado mucho este sitio.Y que divertido que el puente colgante se mueva…

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