Predjamski grad
Agosto de 2017

Francia

Castillo de Predjama, Eslovenia

Así me imaginaba yo el castillo al que el desdichado señor K. intentaba acceder una y otra vez en la inconclusa, frustrante y última novela del escritor austrohúngaro Franz Kafka. Así me lo imaginaba; imposiblemente encaramado a una roca, dominando una pequeña aldea, y con la inconfundible estética de la Europa oriental. Por eso, cuando llegué allí, no pude evitar recordar aquella historia como si la hubiese leído esa misma mañana. Una historia que, a día de hoy, sigo sin decidirme entre si me encantó o me horrorizó. Probablemente no sea capaz de decidirme nunca.

Pero ya hablaremos de Kafka en otra ocasión. De momento, hablemos de Predjama y su castillo. Se trata de un castillo renacentista construido en 1570, y ha permanecido en su aspecto original prácticamente desde entonces. Este se asienta en el interior de un acantilado de 123 m de altura, justo en la entrada del segundo sistema de cuevas mas extenso de Eslovenia (el primero y más famoso, el de Postojna, se encuentra a apenas 9 km de allí). Tanto en la fachada como en la puerta se puede ver el escudo de armas de la familia Cobenzl, propietarios del castillo allá por el siglo XVI y a los que les debemos su forma actual.

Tengo que reconocer que nuestra visita fue incompleta, ya que no entramos en el castillo, ni tampoco vimos la cercana iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, hogar de varios frescos del siglo XV. Más bien, nos limitamos a pasear hacia la puerta del castillo, y luego yo me aventuré por un pequeño camino que lleva hasta la parte baja del acantilado para ver la fortaleza desde otra perspectiva. Allí abajo me encontré con una puerta misteriosa, que parece ser una entrada a la cueva que conecta con el interior del castillo. Ah, por cierto, en esloveno la palabra Predjama significa, literalmente, frente a la cueva.

La leyenda de Erasmo de Lueg

Pero el castillo no siempre se llamó así; la fortaleza original se erigió en el siglo XIII, en los tiempos del imperio austrohúngaro, con el nombre de Luegg. Una historia curiosa gira en torno a Erasmo de Lueg, o Erazem Lueger, hijo del gobernador de Trieste y uno de los residentes del castillo primitivo. Este señor se convirtió en un Raubritter, nombre alemán que designa a los caballeros que durante la Baja Edad Media en Alemania se convirtieron en bandidos, y se dedicó a asaltar a los comerciantes afines a la Casa de Habsburgo que recorrían la ruta entre Viena y Trieste. Huyendo de sus enemigos, soportó varios asedios dentro del castillo mientras usaba salidas secretas para conseguir provisiones. En uno de los asedios fue traicionado por uno de sus sirvientes, y el castillo fue finalmente destruido hasta que la ya mencionada familia Cobenzl compró sus ruinas y edificó el castillo actual.

El pueblo de Predjama

Tras aquel paseo por los alrededores del castillo dimos una vuelta por el pequeño pueblo, que cuenta con apenas 85 habitantes y al menos un bar/restaurante/tienda de souvenirs por cada cuatro de ellos. Precisamente en uno de esos bares nos sentamos a tomar una cerveza eslovena y algo de comer, que ya era hora, mientras disfrutábamos de las vistas hacia el castillo. Aparte de para visitar su interior junto a las cuevas y la iglesia, me gustaría volver sobre todo en un día de invierno, en donde el pueblo esté prácticamente vacío de turistas y a la llegada de la noche la visión del castillo refleje, más que nunca, la desesperanza del pobre señor K.

Laibach y el castillo

Y si queréis ver al castillo en acción, dejo por aquí una de las ocho versiones diferentes de Sympathy for the Devil que los eslovenos Laibach grabaron a finales de los 80. El videoclip se rodó en el castillo, tanto en el exterior como en el interior, y también en la cercana gruta de Škocjan. Toda una obra de arte no apta para cualquiera.

Referencias / Información adicional

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