Etiqueta: Arquitectura neoclásica

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ATHÍNA

Abril de 2019

Capítulo V

La Academia de Atenas

La Academia de Atenas fue una institución fundada en torno al 387 a. C. por el filósofo Platón en los jardines de un recinto consagrado a Academo, un héroe local que acabaría consagrándose como epónimo de la escuela. Situada en las afueras de la ciudad antigua, tenía como propósito servir de centro de enseñanza para el cultivo de las más diversas materias, desde filosofía y matemáticas hasta política, medicina y astronomía, y por ella pasaron filósofos como Aristóteles, el discípulo predilecto de Platón, y matemáticos como Jenócrates y Eudoxo de Cnido. Permaneció activa de forma más o menos continuada hasta el año 529 d. C., cuando el emperador Justiniano I el Grande decretó su clausura en el marco de una ambiciosa reforma legal —parte del Corpus Iuris Civilis, la compilación más importante de derecho romano—, que entre otras cosas prohibía todas las instituciones paganas por considerarlas contrarias a la doctrina cristiana (por aquel entonces, Atenas formaba parte de una de las provincias del Imperio romano de Oriente, de ahí que la Academia se viera afectada por esta medida).

En el año 1926, casi catorce siglos después de su desaparición, el estado griego moderno decidió refundar la Academia como organismo dedicado a la investigación, estableciendo su sede central en uno de los tres edificios situados en el centro de la ciudad que conforman la llamada «trilogía de los hermanos Hansen». De camino al Museo Arqueológico decidí parar en este complejo, situado en la avenida Panepistimiou, para contemplar los tres edificios, y el primero que me encontré fue el de la Academia, diseñado por el arquitecto danés Theophilus Hansen y construido entre 1859 y 1885. Se trata de una construcción puramente neoclásica —de orden jónico e inspirada probablemente en el Erecteion— perfectamente conservada y que innevitablemente me hizo reflexionar sobre si ese sería el aspecto real que tendrían los antiguos templos de la Grecia clásica en su época de máximo esplendor.

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CATHÉDRALE SAINT-AUBAIN

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La construcción de la Catedral de Namur, de profesión católica, tuvo lugar a mediados del siglo XVIII. Finalizada más concretamente en 1767, fue consagrada cinco años después a San Albino de Maguncia, mártir de la Iglesia Católica. Su diseño, mezcla de arquitectura neoclásica, barroca y rococó, se debe al arquitecto tesinés Gaetano Matteo Pisoni (1713-1782). Tiene planta de cruz latina, y cuenta con una cúpula y un campanario, aparte de la fachada principal. Originalmente dos torres acompañarían a ésta última, pero desgraciadamente nunca llegaron a ver la luz. De su interior hay que destacar la bóveda del crucero, el coro, el órgano, el púlpito y, en general, los detalles arquitectónicos de toda la construcción interior. También posee una buena colección de obras de arte, repartidas entre los muros de la nave transversal.

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FOUR COURTS

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En este edificio neoclásico de la última década del siglo XVIII reconstruido en 1932 tras un bombardeo de la Guerra Civil Irlandesa se reúnen tres de los cuatro tribunales principales de justicia de la República de Irlanda (hasta 2010 se reunían los cuatro). Sin embargo, dado que el sistema de justicia en Irlanda ha sufrido varias modificaciones a lo largo de su historia, tenemos que remontarnos a la fecha de construcción del edificio (última década del siglo XVIII), para darle sentido a su nombre. El hecho de que actualmente también existan cuatro tribunales principales es una simple coincidencia. Diseñado por el arquitecto inglés James Gandon, el edificio se encuentra junto al río Liffey y es una de las construcciones más representativas de Dublín. La turística Catedral de la Santísima Trinidad (Christ Church Catedral), se encuentra prácticamente al lado, por lo que es recomendable visitar ambos lugares seguidos.